Si quieres vivir una experiencia autentica y adentrarte en la selva para buscar al «hombre del bosque» (en indonesio y malayo es lo que quiere decir orangutan) tendrás que llegar a Bukit Lawang.
Bukit Lawang es un pequeño pueblo del norte de Sumatra. Es tan importante porque en él se encuentra la entrada al parque natural Gunung Leuser, que es uno de los últimos refugios de los orangutanes en Sumatra.
El parque natural Gunung Leuser está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es famoso por su diversa flora y fauna, incluyendo orangutanes, gibones, elefantes, tigres y una amplia variedad de aves y reptiles. Cuanto más te adrentres más fauna verás.
Bukit Lawang ha adoptado un enfoque de turismo sostenible y conservación de la vida silvestre. Se han implementado medidas para proteger el hábitat de los orangutanes y promover prácticas turísticas responsables.
Es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y aquellos que desean experimentar la vida selvática y la rica biodiversidad de Sumatra.


Día 1. España-Medan.
Para llegar a Sumatra si viajas desde España o desde Europa tendrás que volar a un aeropuerto más grande. En nuestro caso volamos desde España a Kuala Lumpur (KL) con Turkish Airlines. En KL hicimos una escala de unas dos horas y volamos con air Asia hasta Medan. Para hacer esta escala es necesario cambiar de terminal. Si vuelas con una de las grandes compañías llegarás a la terminal 1, pero la gran terminal de Air Asia en el sudeste asiático es la terminal 2 del aeropuerto de KL.
Para cambiar de terminal tendrás que ir al nivel 1 y allí podrás coger un tren para llegar a Klia 2(terminal 2). Es bastante rápido, sólo es una parada y cuesta unos 0.40€ por persona. Una vez en Klia 2, tendréis que subir al nivel 3 para dirigiros a salidas internacionales. Tened cuidado con no pasaros de peso con air Asia, es muy común que pesen las mochilas de mano. No se fijan tanto en las medidas, pero no puedes superar los 7kg.
Después de un viaje bastante largo llegamos al aeropuerto de Medan. Nos alojamos cerca de él por recomendación de nuestros guías de Bukit Lawang, con lo que no pudimos conocer la ciudad. Pero es que el tráfico dentro de la ciudad nos alargaba los traslados más de una hora y estábamos muy cansados como para añadir horas de coche.
Contratamos un “shuttle” compartido con nuestro hotel, tienen varios horarios con precio cerrado, os lo dejo aquí:
4.00h 5.00h 6.00h 7.30h 9.00h 11.30h 13.00h 15.00h 17.00h 18.00h.
Nos alojamos en «The Lively Hotel Kualanamu». Este hotel es sencillo, tiene baño propio y aire acondicionado. Nos alojamos dos veces (al llegar y al irnos). La primera vez teníamos una habitación con ventanas, pero no cerraban bien y escuchábamos los aviones. Suerte que, al menos ese día, no había tráfico aéreo por la noche. La segunda habitación no tenía ventanas, con lo cual no teníamos el problema de intentar cerrarlas. Nos costó unos 12€ y teníamos el desayuno incluido. Un desayuno muy simple: Té y tostadas con mantequilla.
Esta zona está bien, es muy tranquila y está al lado del aeropuerto. Hay varios hoteles cerca, algunas cafeterías y restaurantes y un supermercado. Después de descansar cenamos en «Sederhana» por las buenas reseñas de Google. Había bastante gente local cenando.
Pedir en el restaurante fue una odisea pues no había carta de menú. Había un montón de platos típicos ya cocinados en la zona de la cocina, con un mostrador enorme. Preguntamos a los camareros (que no hablaban inglés) cómo funcionaba y nos dijeron que pasáramos a coger lo que quisiéramos. Probamos un plato de pollo frito, otro de ternera especiada y un poco picante (que nos dijeron que era especialidad de la casa), una tortilla de verduras, arroz con salsa de curry verde. Acompañado por dos jugos de papaya (que no habíamos pedido), pero que al final nos tomamos y estaba delicioso.
Los platos no eran muy grandes, pero nos cenamos bien. Nos costó todo 12€, después de conocer un poco la zona y pasar unos días por la isla, nos dimos cuenta que era muy caro para lo que cenamos. Las raciones eran muy pequeñas para esos precios, supongo que nos vieron la cara de turistas.
Día 2. Medan – Bukit Lawang.
Madrugamos para tomar el desayuno, a las 9.00h llegó nuestro transfer, que habíamos contratado previamente para llegar a Bukit Lawang. Pagamos 20€ por el transporte los dos, 10€ por persona. Tardamos 3horas.
Nuestro objetivo de visitar Sumatra era ver orangutanes. Fuimos a finales de marzo (no es la mejor época). En marzo está terminando la temporada de lluvias, hay buen clima, pero también la selva está muy frondosa y llena de fruta. Con lo que se puede ser difícil encontrar orangutanes. Tras leer mucho y consultar a David del blog www.gmdavid.com. Decidimos viajar a Sumatra para hacer un trekking de varios días, internarnos en la selva más profunda y ampliar nuestras posibilidades de ver a estos increíbles animales.
Realizamos un trekking de 3 días en la selva con 2 noches. Elegimos la empresa sumatrajungletrekin!. Los guías son locales, Yazid nos ayudó desde el primer momento. Le hice mil preguntas, desde que ropa era la más idónea hasta si nos recomendaba pasar algún día más por la ciudad. Tienen un equipo estupendo, nuestro guía, finalmente, fue Alex y si vais con él os podrá explicar todo lo que queráis sobre el lugar o su fauna y flora durante el trekking. Se nota que les gusta su trabajo y adoran su selva. A Yazid tuvimos la suerte de conocerlo en la selva, me encantó ponerle cara después de tanto tiempo hablando. Todo el viaje fue una experiencia increíble.
Tendrás que pagar una parte antes de ir (nosotros hicimos una transferencia internacional a través de Wise, ya habíamos utilizado esta app cuando fuimos a Kenia) y la otra parte la pagamos al llegar al pueblo, en efectivo (aceptan euros). Nosotros llevábamos esa parte en efectivo desde España. Si quereis hacer el tour con ellos podéis poneros en contacto con ellos a través de la página y si me dejais un comentario os puedo pasar el Whatsapp.
Nuestra recomendación es que llevéis al trekking una mochila ligera, no más de 7-8Kg. Caminarás durante muchas horas por un terreno con bastante desnivel. Además, dentro de la selva hay mucha humedad. Lo ideal es que vayas lo más cómodo posible. Cuando llegamos al pueblo pedimos a Alex que nos guardara la maleta grande, que no íbamos a necesitar para estos días en un locker, y así solo teníamos que preocuparnos de nuestras dos mochilas más ligeras.
Nuestro alojamiento en Bukit Lawang fue Orangutan Bungalow. Para llegar tendrás que cruzar el río y dirigirte a la derecha, bordeando esa rivera hasta llegar a unas escaleras que tienen señalado en un pequeño cartel su nombre. Este alojamiento está muy arriba, hay que subir bastantes escaleras. Está un poco escondido, pero a nosotros nos recibió Alex al llegar al pueblo y nos acompañó hasta la recepción.
Los bungalós son una maravilla, estan junto a la puerta del parque natural Gunung Leuser, que recorreremos al día siguiente. Algunos huéspedes incluso han visto orangutanes desde aquí, que se acercan curiosos a las instalaciones. Nosotros no tuvimos esa suerte. Desde nuestra terracita vimos varios monos, ardillas y tuvimos un gran gueco guardando nuestra puerta y comiéndose los mosquitos. El entorno es una pasada.
Decidimos bajar a comer al pueblo, comimos en IDA Guest house & restaurant. Los precios cuestan unos 35.000rp. Nosotros pedimos dos platos, una ensalada de tomate y dos refrescos, nos costó todo 7€. Elegimos este lugar porque podíamos pagar con tarjeta. Después paseamos por el mercado del pueblo, tiene varias tiendas de ropa y alguna de souvenirs.
Este pueblo es muy pequeño, está construido alrededor del río y parece que su día a día se concentra en las orillas del río. Tienen varias zonas donde puedes tumbarte, puedes alquilar flotadores y tirarte río abajo o cruzarlo por uno de sus numerosos puentes colgantes que unen sus dos riveras. Como unos locales más, nos dirigimos a una de las zonas habilitadas y estuvimos un rato en el río.
Esta isla es mayoritariamente musulmana (85-90%), por lo que es raro ver a locales bañándose en bikini. Todos los locales (hombres y mujeres) se bañaban con sus ropas de baño que les cubren bien. La mayoría de las mujeres visten pañuelo y algunas visten sus niqab, incluso bajando los rápidos del río. Cuando han terminado su baño se dirigen a unos baños públicos donde pueden cambiarse. Debido a su población musulmana podrás escuchar la llamada al rezo. Es curioso como al escuchar la llamada al amanecer, mi mente me transporta a otros lugares como Turquía, Egipto, Marruecos o Jordania… con la misma cultura que este, pero tan diferentes.
Cenamos en el hotel, tienen una pequeña cocina con precios muy económicos. Lo malo es que no tienen datafono y nosotros no teníamos suficiente efectivo. Aun así, nos dieron de cenar y nos dijeron que ya lo arreglaríamos. La hospitalidad que sentimos aquí fue brutal. Cenamos noodles y arroz frito con pollo y verduras. Estaba delicioso y eran raciones grandes. Para beber yo probé un delicioso jugo de piña y Rubén un Sprite. Todo esto por 7€. Es igual de económico que en el pueblo y te evitas volver a subir las escaleras.
Día 3. Selva.
Desayunamos en el mismo restaurante del hotel, y también estaba delicioso. La ruta empieza al lado del hotel, no tiene sentido bajar al pueblo a desayunar, es mejor que reserves tus fuerzas para la selva.
A las 9.00h llegó Alex, nuestro compañero y guía en estos días. Con los nervios a flor de piel empezamos la ruta.
Comenzamos la caminata en las afueras del parque nacional. Estábamos buscando, junto a otros grupos, a una familia de orangutanes que habían visto en esa zona. Llegamos justo cuando empezaban a desperezarse en su nido. Fue increíble verles, el primero que vimos estaba muy arriba, suelen hacer sus nidos en las copas de los árboles, pero el segundo estaba más cerca y, madre mía que locura poder apreciar tantos detalles. Empezamos el día con muy buena suerte. Después de un rato observándolo silenciosos decidimos seguir nuestra ruta.
Antes de la entrada al parque vimos otra especie de mono endémica de la isla. Los «pumkie monos» o monos de hoja, son muy rápidos, saltan hasta 7 metros y viven en grandes familias. Tienen una cara muy peculiar con un «estiloso» peinado.
Solo puedes entrar en la reserva si vas acompañado con un guía oficial. Y es importante que sigas las reglas. La más importante es que respetes al entorno y a la vida que vive en él. Todos estos datos nos los iba explicando Alex mientras caminábamos, es un experto.
Estuvimos caminando varios km, cuesta para arriba, cuesta para abajo… en el camino pudimos ver gibones. Unos grandes simios, que también se balancean al igual que los orangutanes. Tienen unos brazos muy largos y fuertes que le permiten moverse con libertad y soltura, Son ágiles y rápidos, y se desplazan saltando entre las ramas utilizando sus brazos. Pueden saltar distancias de hasta 12 metros y alcanzar velocidades de hasta 56 km/h. Tuvimos la suerte de ver una familia con un bebé muy pequeño. Estos conviven macho y hembra para siempre en pareja. Establecen fuertes lazos familiares y cooperan en la crianza de sus crías.
Vimos también “normal monkey” como decía Alex, un argos real (un pavo enorme) que hace un ruido muy fuerte que consigue escucharse a km… hormigas, flores, milpiés y en fin… la selva que es una auténtica pasada. Alex también nos enseñó a diferenciar el sonido del gibon, del tucán, y el del gueco.
Hicimos dos paradas en el camino, la primera para reponer fuerzas con agua y fruta, la segunda para tomarnos un delicioso arroz frito con verduras y huevo, típico de aquí. Estaba delicioso. El “tupper” era una hoja enorme como la del plátano y una hoja de cartón. Free plásticos, otro punto para sumatrajungletrekin. Además, nos preguntaron si éramos vegetarianos para tenerlo en cuenta en nuestra comida.
Seis horas después llegamos al campamento. El campamento está construido en la base del río, son humildes cabañas cubiertas, con solo 3 paredes. Unos colchones con sábanas y una importantísima mosquitera. Nosotros llevábamos nuestra mosquitera pequeña y flexible, para reforzar, ya que como nos temíamos, en algunos lados la de la cabaña estaba un poco dañada.
No sabéis el placer de meter las piernas en el agua fría del río. Nos cambiamos, y en unos minutos, estábamos metidos dentro del río refrescándonos y quitándonos el sudor del cuerpo. Esta es la única «ducha» que hay aquí. Nosotros nos lavamos con el agua del río, sin usar jabones ni nada que pueda estropear este paraje lleno de vida.
Después del baño, nos ofrecieron té caliente con galletas de chocolate y unas esterillas para descansar en la orilla del río. Desde nuestro campamento vimos más monos, y un enorme varano dándose un baño. Este lugar transmite una paz difícil de explicar con palabras.
Poco a poco llegaron más grupos al campamento. Pasamos el resto de la tarde jugando con Alex a juegos de cartas, trucos de magia y adivinanzas.
Cenamos platos típicos de esta zona de la isla. Todos estaban buenos, pero el pollo y el tempé estaban especialmente deliciosos. Poco a poco anocheció y el cielo estaba súper despejado. Pudimos observar miles de estrellas por los huecos que quedaban de las copas de los árboles gracias al río. La verdad es que el lugar es mágico, las personas lo hacen auténtico y es una experiencia que espero no olvidar nunca.
Antes de irnos a dormir, fuimos al baño. Tienen preparada una caseta a modo de baño que tiene un “váter” y un gran cubo de agua para tirar de la cadena. Cuando volvíamos a la habitación, para dormir, note algo frío y pegajoso en mi tripa. Mire con la linterna y ahí estaba… ¡mi primera sanguijuela…! ¡madre mía! Jajajaja Se tenía que haber pegado hacía solo un segundo, pero ya me daba miedo tirar de su cabeza. Avisé a Alex y me la quito tirando un poco más fuerte sin mucho esfuerzo. Me dijo que seguramente me hubiera mordido al ir al baño. Antes de dormir nos revisamos bien los dos y no teníamos ninguna más.
Es importante que vigilemos la piel constantemente y evitemos exponer demasiado nuestros tobillos ya que una herida por la sanguijuela se nos puede infectar y darnos problemas en el viaje. Llevar un buen seguro, con una buena asistencia como Iati, te ayudará en estos casos.
Día 4. Más Selva de Sumatra.
Nos despertamos a las 9:30, nos lavamos la cara en el río y tomamos un rico desayuno: galletas, té y tostadas con huevos revueltos, ¡una maravilla! En ese rato mientras desayunábamos, vimos cómo unos pájaros se lavaban, presumidos con sus colas y cómo otro varano se daba un baño. Recogimos nuestras cosas y empezamos a caminar (y sudar).
Amaneció un día soleado, con un cielo azul sin una sola nube. Alex nos dijo que era el mejor clima para ver más animales, ya que tienen más actividad. Empezamos el camino con una fuerte subida, vimos una ardilla voladora, tan rápida que no pude hacerle fotos. Sonidos de gibones y tucanes nos acompañaban y estábamos nerviosos por ver lo que nos depararía el día.
Tras esa primera subida dura, en lo más alto, vimos el primer orangután del día. Una hembra que se estaba comiendo mangos a dos manos. Estaba bastante lejos, pero se veía bien. Con los prismáticos podíamos ver como seleccionaba las frutas. Pasamos un rato en silencio disfrutando del momento y luego continuamos el camino.
Más subidas y bajadas. Llegamos a un punto donde otros guías nos indicaron que bajando una ladera podríamos ver otro orangután. Bajamos rápidamente, y la pudimos ver, otra preciosa hembra con un bebé de unos dos meses. Mientras estábamos bajando, ella empezó a subir dirigiéndose hacia nosotros y tuvimos que subir de nuevo, manteniendo la distancia. Una vez arriba, se empezó a acercar curiosa. No nos lo podíamos creer. Tuvimos muchísima suerte, la teníamos a unos pasos. Pude hacerle mil fotografías y disfrutar del momento. Intentaba mantenerme inmovil para no asustarla y ella se balanceada ágil entre las lianas que estaban sobre nuestras cabezas. Nos íbamos moviendo para garantizar la distancia de seguridad, para que no se sintiera invadida y porque da bastante miedo tener a un animal tan grande, tan cerca. Las hembras pueden llegar a medir 1,4m y pesan unos 50/60kg. Los machos son más grandes, pueden pesar hasta 90kg.
Pudimos verla comer frutas que había en los árboles, y cómo empezó a bajar para comer unas hojas de una planta que crecía en el suelo. Fue increíble. Luego se quedó colgada en una liana muy cerca de nosotros y pudimos ver como amamantaba a su bebé tranquilamente. No sé, es que fue mágico, de verdad, todo un regalo de la naturaleza. Estuvimos con ella al menos una hora. Después la dejamos que siguiera balanceándose con su bebé tranquilamente, y seguimos nuestro camino.
Una vez que estuvimos suficientemente alejados, hicimos la parada para comer y con las fuerzas repuestas seguimos el camino. Es importante separarse suficiente como para no «atraerla» con nuestra comida, no es bueno para los animales y puede ser peligroso para nosotros.
Este día se hizo más duro, teníamos cansancio acumulado, y además, las subidas y las bajadas eran más duras. Había ratos que teníamos que bajar agarrándonos a cuerdas debido al desnivel. El sol no daba tregua y el calor y la humedad eran importantes. Este día nos terminamos todo el agua que llevábamos, unos 3L.
No es necesario llevar agua para todos los día. El primer día llevas tu botella con tu agua (te recomiendo que sea reutilizable, así contaminamos menos). Los días siguientes cogen agua del río y se hierve para que sea segura, tiene un sabor peculiar a humo, pero está perfecta para hidratarse.
De camino al campamento, antes de la última bajada hacia el río, lo vimos. Otra vez no me podía creer que tuviéramos tanta suerte. En la copa de un gran árbol de mango, estaba imponente, un enorme orangután macho. Lanzando huesos de mango cuando había devorado su carne. Pudimos ver su cara, sus brazos y su gran barriga. Sujetándose en la copa del árbol y mirándonos curioso. Los orangutanes machos son mucho más difíciles de ver, muy agresivos y muy rápidos. Están más internos en la selva, son solitarios y muy territoriales. Lo observamos un buen rato, con los prismáticos se veía genial. Pude hacerle alguna foto, pero entre que había mucho contraluz, estaba lejos, y para encuadrar casi me parto el cuello, no pude hacer buenas fotos. Mientras nos alejamos empezó a gritar y agitar el árbol de mango, nuestra adrenalina estaba por las nubes.
Después de este momento, nos esperaba una dura bajada hasta el campamento. No es un trekking muy difícil, pero sí necesitas estar en buena forma física. El guía se adecua a tus necesidades y paramos para coger aliento siempre que lo necesitamos. Para esta bajada es importante unas buenas zapatillas que agarren bien, porque es muy fácil resbalarse (hay barro y está muy empinado).
El último reto fue cruzar el río (esta vez con las mochilas en un flotador) porque tenía mucho caudal y además la corriente era fuerte. Una vez con todo asegurado nos asignaron una caseta y nos pusimos el bañador para ir rápidamente al río a refrescarnos. En este rato que estuvimos en el agua vimos otro varano y más monos que se acercaban curiosos, tanto que intentaron robarnos la merienda que nos habían preparado, (siendo realistas, nos la robaron).
Esa tarde, el cielo cambió rápidamente y se volvió muchísimo más oscuro y comenzó una tormenta eléctrica de las fuertes. Con unos rayos que iluminaban el río y cada trueno nos hacía vibrar. Nos metimos en las tiendas y nos tumbamos a escuchar como la tormenta se acercaba cada vez más. Y así, pasamos el rato hasta que llegó la hora de la cena. Esta vez probamos otros platos típicos diferentes que también estaban deliciosos.
Después de la cena estuvimos hablando un montón, de viajes, de nuestra casa, de la selva, de animales… Alex nos contó que el centro de rehabilitación, que se abrió en los años 70, ya está cerrado porque ahora no es necesario. Se abrió porque en esos años era muy común que la gente del pueblo tuviera orangutanes bebés como mascotas. Cuando se empezó con los movimientos y políticas de conservación y protección de los orangutanes, se llevaron al centro para rehabilitarles y liberarles en la selva. Cuando los últimos se liberaron, el centro ya no era necesario y cerró. Si vienes ahora, solo podrás verlos en plena libertad, y el centro abandonado. Espero que tengas tanta suerte como nosotros. Ahora hacen monitoreo en el parque y siguen a los animales. Los estudian desde la libertad y el respeto. Además, los guías se saben cada rincón, los conocen y los respetan mucho.
Un sueño cumplido.
Día 5. Bukit Lawang – Medan.
Este día, por la mañana, hicimos un pequeño trekking de media hora, por la orilla del río para llegar a un lugar mágico. Una preciosa cascada rodeada de verde, donde las hojas crecían enormes, había lianas y el agua era sorprendentemente clara.
Estaba un poco fría, pero tuvimos otro día soleado y hacía mucho calor. Sin pensarlo dos veces nos metimos en el agua y disfrutamos de ese pequeño paraíso para nosotros solos. Cuando empezamos a sentir frío volvimos al campamento. Esta vez haciendo rafting con un flotador por el río. Fue muy divertido.
Cuando llegamos tomamos un poco el sol para entrar en calor. Recogimos nuestras cosas y nos prepararon la comida. Sopa de noodles, que estaba buenísima. Me encanta la comida de Sumatra, y nuestro cocinero era todo un artista.
Después de comer, empacamos nuestras mochilas en sacos para que no se mojaran. Y en una barca grande formada por varios flotadores, subimos las mochilas, el guía, el cocinero y nosotros. Fuimos descendiendo río abajo, fue muy divertido y cómodo llegar así al pueblo. El rafting duró una hora aproximadamente, esto depende de cuánto te adentres en la selva, del nivel del agua y la corriente del río.
Terminamos nuestra aventura en Bukit Lawang, en la recepción de la empresa de sumatrajungletrekin. Nos ofrecieron baño y ducha para prepararnos para volver de nuevo a Medan. Necesitábamos dormir cerca del aeropuerto porque al día siguiente cogeríamos un avión muy pronto.
Volvimos a alojarnos en el mismo hotel, cerca del aeropuerto. Cenamos en D’raja Coffee. Este restaurante os lo recomiendo muchísimo. Esta abierto 24h. Tiene un menú para elegir y es barato. Nosotros probamos arroz frito con pollo y noodles con marisco. También probamos una ración de patatas y unas cervezas. Estaba todo muy bueno y podéis pagar con tarjeta.
Día 6. Medan – Kuala Lumpur.
Este día madrugamos para coger un vuelo que nos llevará a conocer Malasia.

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Hola chicos,
Viajo a Sumatra este agosto y vuestro blog me ha animado aún más!! Me gustaría consultaros una cosilla sobre la que tengo dudas. La cosa es que no sé si debería contratar el trekking desde antes o una vez al llegar allí. No he leído ningún blog que cuente que lo haya contratado desde allí y no sé si los tours salen todos los días o solo días específicos de la semana, o incluso si cabe la posibilidad de que no queden más plazas y tener que esperar a otro día para poder hacerlo si decido contratarlo allí… Ya he estado antes en indonesia y sé que, normalmente, si contratas cualquier cosa por internet te lo ponen todo a precio turista, qué recomendaríais vosotros?
Hola Lucía!
Sumatra te va a encantar!
Nosotros teníamos las mismas dudas, y como no teníamos mucho tiempo decidimos cogerlo por internet. Encontré una empresa local, super pequeña y el precio me pareció muy bueno para todo lo que incluye. Nosotros les dijimos que el alojamiento en Medan y en Bukit Lawang preferiamos cogerlo nosotros, y no nos pusieron ningún problema, te puedo pasar por correo su telefono y puedes negociar con ellos que prefieres que te incluyen y que no. El traslado de Medan a Bukit Lawang al final lo cogimos con ellos porque no encontramos nada mejor.
De todos modos, en el pueblo había muchos mostradores en los hostel con información para hacer los trekkings en la selva. Igual pueden acoplarte a algún grupo y reducir un poco los costes.
Avisame para que te pase el número de Yazid!
Buenas noches.
Viajo a Sumatra en julio y me gustaría saber si podrías pasarme la forma de contactar con la empresa con la que hiciste el trekking.
Me ha encantado el blog.
Muchas gracias. Un saludo.
Por su puesto, te envío un correo.
Muchas gracias!
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Hola!!! 🙂
Somos una pareja de Barcelona, y estamos preparando un viaje de 6 meses por Asia. Nos encantaría ir a Sumatra, pero no estamos encontrando mucha información para hacerlo por libre. Me preguntaba si podríais informarnos de cómo organizasteis el tema de los transfers, si los cogisteis por internet o una vez allí, si recomendais alguna compañía en concreto..?
Muchas gracias 🙂
Muy buenas!
Gracias por leer el Blog 🙂
Pues por internet no encontré mucho. Allí al llegar al aeropuerto había varios transfers, pero para llevarte a Medán. No negociamos con ellos más trayectos porque lo contratams con la empresa que hicimos el trekkig de Bukit Lawang. Nos dieron un buen precio y acordamos la hora para aprovechar mejor los días.
La empresa era esta: https://www.sumatrajungletrekin.com/
Si quieres puedo mandarte el numero de whats de nuestro guía para que hables con él directamente.
Hola buenas. Me gustaría hacer el tour que hicisteis con sumatrajungletrekin!. , me podríais facilitar el whatsup de contacto? muchas gracias por vuestro trabajo!
Claro! te lo envío por correo.
Muchas gracias!!