Día 1. Windhoek – Etosha, Namibia.
Llegamos a Windhoek, al aeropuerto internacional de Hosea Kutako muy pronto, a las 8.00h. Volábamos desde Johannesburgo, el vuelo era corto, unas 2 horas. Como ya contamos en el post del Itinerario por Namibia decidimos hacer este viaje con People Safari. Les contamos nuestros horarios y como queríamos hacerlo, y ellos nos recomendaron uno de sus itinerarios.
Este día era de “los difíciles”, nada más llegar poníamos rumbo a Etosha, al norte del país. Nos esperaban unas 5 horas de coche. Y es que, a este país solo podíamos dedicarle una semana, y queríamos aprovechar cada minuto. En el aeropuerto nos estaba esperando Fanuel, un chico namibio, súper amable, que se esforzaba en hablar inglés más despacio para que le entendiéramos bien. Fanuel fue nuestro guía, conductor, cocinero y terminó siendo un buen amigo. En este viaje nuestro hogar fue el coche y unas tiendas de campaña que llevabámos a todos los sitios.
Lo primero que hicimos fue ir al súper a comprar comida para el viaje. Cogimos unas cuantas cosas para picar y mucha agua. Nuestra segunda parada fue para recoger todo el material de cámping. Tiendas, sacos, colchones, camping gas, mesa, sillas, lámparas… Todo este material estaba incluido en el precio del viaje que contratamos.
Después de unas dos horas hicimos la primera parada para comer. Paramos en una granja de cocodrilos. Nos contaron como criaban los cocodrilos, como les cuidaban, alimentaban y como los utilizaban. Una parte de la granja era turística, para visitar las instalaciones. Otra parte la utilizaban para conseguir carne para el restaurante y para hacer bolsos y otros objetos con sus pieles. La verdad que merece una reflexión pensar en lo extraño y “mal” que nos pareció todo y lo normalizado que tenemos granjas de otras especies, como vacas u ovejas en nuestro país. Después de la ruta por la granja fuimos a comer en su restaurante.
Después de darle muchas vueltas pedimos pollo y un pequeño plato de cocodrilo para probarlo. El cocodrilo tenía un sabor muy peculiar, no sabría describirlo bien, pero no nos gustó mucho. De los otros dos platos de pollo que probamos, uno de ellos sabia diferente, estaba muy bueno, pero definitivamente no sabía a pollo. Volvimos a preguntar por nuestro “filete de pollo” y resulto ser Orix, una especie preciosa de gamo. Así que nos vimos en nuestro primer día en Namibia probando todo tipo de sabores y dándole vueltas a la cabeza sobre lo ético de comer carne o no comerla. Con las pilas bien cargadas, tres cervezas y el estómago lleno, seguimos con la aventura.
La carretera era desértica, mucho páramo, ambiente muy seco y algún arbusto. Sólo que de vez en cuando aparecían enormes termiteros, monos y algún avestruz. Y a media tarde, por fin, llegamos a Etosha. Nuestra primera parada fue Okaukuejo. Llegamos a través de una de las puertas del Sur de Etosha, la puerta Anderson. Okaukuejo es un lugar estratégico para visitar la reserva y fue nuestro campamento base durante los 3 días que estuvimos aquí. Estos campamentos cuentan con una tienda para comprar algo de beber o algo de picar, pero no es un supermercado como tal, tiene poca variedad y es caro. También tiene restaurante. El desayuno es tipo buffet, pero en la cena va por carta y puedes elegir entre 3 primeros y 3 segundos. También tiene bar, piscina y varias zonas de baños y duchas comunes. Además cuenta con un torreón para disfrutar de Etosha desde lo alto y un pozo de agua, waterhole en inglés, con varios bancos donde, con un poco de paciencia, podías esperar a que los animales se acercaran a refrescarse.Nada más llegar, nos asignaron nuestra parcela y empezamos a montar las tiendas entre todos. Yo no duré mucho montando, ya que nada más empezar, se escuchó un ruido diferente y nos dimos cuenta de que teníamos una familia de elefantes cruzando al lado de nuestro campamento. Fue increíble, de esas experiencias que cortan la respiración. Atardecer, elefantes paseando a unos pasos de mí, mi cámara, silencio y naturaleza salvaje.
Esa misma noche, estábamos ansiosos por recorrer el parque, así que hicimos un safari nocturno.
En el safari nocturno vimos rinocerontes, un león macho, chacales, hienas, cebras… La verdad que en estos safaris no se puede apreciar bien a los animales. Los safaris se realizan con luz roja para evitar molestarles, entonces la fotografía es prácticamente imposible, y aunque el ojo humano se adapta bastante bien a la luz roja de baja intensidad en la oscuridad, es muy difícil ver. Pero, estar prácticamente sin luz en mitad de la sabana, escuchando miles de sonidos y con un cielo estrellado impresionante merece la pena. Es una experiencia que yo repetiría.
Volvimos tarde al campamento y el restaurante estaba cerrado. Pero Fanuel nos esperaba con unos sándwiches calientes y patatas fritas, que nos supieron a gloria. Después de este agotador día simplemente nos aseamos y nos fuimos a dormir, el día siguiente prometía.
Día 2. Etosha: Okakuejo – Halali
Empezamos el día con un amanecer precioso, unos colores increíbles en el cielo y un buen desayuno. Antes de irnos pasamos por la tienda porque Fanuel nos quería hacer un regalo. Nos compró un libro con ilustraciones de los animales que podíamos ver y el mapa del parque para así con las imágenes explicarnos mejor las curiosidades sobre el parque. Después de todo el día anterior con él, íbamos cogiendo cada vez más confianza y preguntándole un montón de cosas sobre él, sobre Namibia, sobre la cultura y sobre la naturaleza.
Etosha es un lugar muy especial, es un parque nacional que abarca un área de 22912km2. El nombre de Etosha significa gran lugar blanco, debido al famoso Etosha Pan, una salina de 4731km2, es tan grande que se puede ver desde el espacio. Es un lugar muy seco, excepto en la época de lluvia cuando se inunda por el agua que traen los ríos del norte. La salina conserva el agua durante gran parte del año tras la época húmeda. En esta zona se encuentra mucha vida silvestre alrededor de los pozos de agua que se forman. Por lo que es fácil ver fauna en este parque.
Este día nos esperaba un día completo de Safari, viajando desde Okakuejo hasta Halali, cruzando una parte del parque en dirección noreste. Quiero destacar que en este parque se puede conducir tu propio coche sin necesidad de hacerlo con guía. Y que, si decides realizar el viaje por libre, pero quieres tener guía en los safaris del parque, puedes contratarlos en los campamentos. Es un parque que tiene los caminos bien marcados, no vimos mucho problema para conducir dentro de Etosha, ni atravesamos zonas sin camino (como, por ejemplo, en Kenia). La velocidad máxima permitida es 60km/h y en algunas zonas, recomendamos ir a menos velocidad, por el terreno y por el riesgo de atropellar animales. No está demás, señalar que se necesita sentido común y conducir con extrema precaución y respeto para no causar daños en el parque.
Lo mejor es conducir en dirección a tu siguiente destino, en este caso Halali, parando en todos los waterhole que veas, así tendrás más posibilidades de ver animales. Es verdad, que como en todo safari, hay un factor a tener en cuenta: el factor suerte. Estar en el lugar y momento adecuado. Vimos muchos animales, os dejo una galería para que disfrutéis de algunas fotos de este día.
Cuando estábamos llegando a Halali se estropeó el coche. Este era uno de nuestros miedos a la hora de hacer este tipo de viaje por libre, enfrentarnos a alguna avería. Al estar Fanuel fue todo más sencillo, pero tuvimos que regresar antes de tiempo a Okaukuejo. Intentamos sacar el lado positivo, y mientras Fanuel arreglaba el coche, nosotros disfrutamos y pasamos la tarde en la piscina.
Nos duchamos con calma y vimos atardecer, con unas cervezas, en el pozo del agua del alojamiento. Fue un atardecer de película, con un elefante dándose un baño mientras se escondía el sol. Este fue uno de mis momentos favoritos del viaje. Además, tener un pozo de agua tan cerca engancha y después de cenar volvimos. Esta zona también está ligeramente iluminada y vimos muchísima actividad. Chacales, una familia enorme de elefantes y unos rinocerontes enfadados gruñéndose y corriendo. No quería irme a dormir, me sentía tan afortunada por poder estar en ese lugar tan mágico…
Día 3 Etosha- Walvisbay
Este día madrugamos para hacer un safari cortito de unas horas en dirección a la puerta Anderson. Disfrutamos de los últimos instantes en el parque y pusimos rumbo a nuestro próximo destino, Walvis bay. Esta parada intermedia es necesaria para cruzar el país hacia el sur, en busca del desierto más antiguo del mundo. Un día duro de mucho coche, se tarda casi 7 horas en llegar. Pero con muchas ganas de seguir disfrutando el viaje.
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