Éfeso fue una ciudad de la antigua Grecia y luego del Imperio Romano. Fue fundada en el siglo X a.C. y se convirtió en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo oriental.
Durante su apogeo en la época romana, Éfeso fue una ciudad muy próspera con una población estimada de entre 200.000 y 500.000 habitantes. Era famosa por su templo dedicado a la diosa Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo, por su biblioteca y su anfiteatro.
También fue una ciudad importante para el catolicismo, pues aquí se encuentra la primera Iglesia dedicada a la Virgen María. Se cree que en ella pasó sus últimos años escondida.
La ciudad antigua de Éfeso se encuentra en la actual Selçuk, que está en la provincia de Izmir. La capital de la provincia es la ciudad de Izmir. Una ciudad costera que es mucho más auténtica, mucho más sucia y caótica, y con precios mucho mejores.


Día 8. La gran biblioteca de Celso y la auténtica ciudad de Izmir.
Nos levantamos pronto, pues nuestra idea era desayunar en una de las terrazas con vistas a la montaña, para disfrutar del castillo de algodón por última vez y verlo rodeado de globos. Todos los restaurantes estaban cerrados, pero cuando nos asomamos por nuestra ventana pudimos ver un globo enorme muy cerca de nuestro hotel. Como no encontramos ningún lugar donde desayunar nos dirigimos directamente a nuestro siguiente destino, Éfeso, conduciendo rodeados de grandes globos.
Llegamos a Selçuk a media mañana, el trayecto dura unas 3 horas, y ahí sí, pudimos desayunar. Entramos en Ferahli Café, un bar muy cuidado, con miles de detalles y muchas opciones diferentes de dulce y salado para desayunar. El desayuno más típico de Turquía es «merenmen», unos huevos revueltos con verduras que están buenísimos.
Con la energía renovada nos dirigimos primero al Museo Arqueológico de Éfeso. En el puedes admirar bustos, estatuas, joyas, cerámica… todo lo que se te ocurra de la cultura clásica griega y romana, que se rescataron del yacimiento de Éfeso. Abre de 8:30 a 20:30h y cuesta 100TL.




Una de las cosas que no te puedes perder en este museo es la imponente estatua de Artemisa. Que anteriormente estaba situada en el templo de Artemisa, antigua maravilla del mundo antiguo, que actualmente está en ruinas. Ésta es una reconstrucción creada según las descripciones encontradas de la antigüedad. Es de mármol, enorme, mide 2.5metros aprox, caracterizada por tener multitud de pechos y animales. La original era de oro y marfil y era una de las estatuas más lujosas de la antigüedad. Artemisa (Diana para los romanos) era la Diosa de la caza y la fertilidad, también era la protectora de la mitología griega.
Una vez visto el Museo, nos dirigimos a la propia ciudad de Éfeso. Para llegar tienes que poner en el Google maps Ephesus Ancient City, está a las afueras de Selçuk. Desde septiembre hasta abril, abre de 8 a 19h y el resto del año de 8:30 18h, la entrada cuesta 200TL. Éfeso fue una de las ciudades más prosperas de su época, construida totalmente de mármol, sus calles, su teatro y su increíble biblioteca, uno de los monumentos más famosos del lugar.
En la ciudad, en la vía de los Curetos (es la principal), se puede visitar las terrazas (entrada aparte, incluida en la Turkish museum card) esta zona está cubierta y más protegida. Es impresionante como se conservan los colores, las pinturas, las cenefas, los mosaicos en el suelo que nos dan una idea más real de cómo vivían en esta época.
También en esa misma calle, subiendo un poco más, está el templo de Adriano, con la puerta totalmente conservada y medusa presidiendo su pórtico. Si entras en él, podrás tener unas bonitas vistas de la biblioteca desde una zona más alta.

La Biblioteca de Celso que albergaba una capacidad para contener cientos de pergaminos, era una de las más importantes de la época junto a la de Pérgamo y la de Alejandría. Fue construida en el s. II d.C. Aún hoy podemos admirar sus imponentes dos pisos sostenidos por columnas corintias. Cuatro importantes estatuas guardaban todos los pergaminos: Sabiduría, Virtud, Mente y Conocimiento.
Lo último que visitamos fue el teatro. Aún más grande que el de Hierápolis, pero peor conservado. Cuando estábamos sentados en sus gradas, una chica se colocó justo en medio del escenario y comenzó a cantar “a capella”, se hizo el silencio completo y solo la escuchabas a ella y su bonita voz. La acústica era súper buena. Se escuchaba perfectamente, pese a que no estábamos muy cerca y ella no tenía micro. Fue una pasada coincidir y poder comprobar de esta manera lo estudiado que tenían todo, y como podían disfrutar de las obras de teatro y conciertos de esa manera.
En la entrada principal si avanzas y en el cruce vas hacia la derecha, puedes visitar la primera iglesia dedicada a la Virgen María. Se dice que Éfeso fue donde la Virgen pasó sus últimos años, en una casa escondida en montaña, que también puedes visitar. Nosotros nos quedamos sólo con la iglesia, ya que la casa está lejos y teníamos que coger el coche.
Cuando terminamos de recorrer Éfeso estábamos bastante cansados y al final no pasamos por el templo de Artemisa, que está bastante derruido. Decidimos dirigirnos a Izmir.

Izmir es una ciudad costera. Es mucho más auténtica, mucho más sucia y caótica y con precios mucho mejores. Visitamos el Ágora. El Ágora era el centro de actividad política, social y comercial de la época romana y bizantina. Es del s. III a.C. Este lugar tiene la parte subterránea perfectamente conservada, se ven las bóvedas y los arcos, puedes caminar por los túneles construidos hace siglos y ver cómo la fuente y sus canales de agua siguen funcionando a día de hoy. La parte superior está bastante más destruida, pero quedan restos de columnas y puertas erigidas que nos hacen imaginarnos el colosal mercado que albergaba.
Después, dimos un paseo hacia la plaza Konak y su icónico reloj, el centro histórico de Izmir. Para llegar cruzamos el bazar Kemaralti, uno de los bazares más antiguos y grandes de Turquía. Terminamos el día paseando por el paseo marítimo Kordon al atardecer, en dirección al barrio Alsancak donde habíamos leído que había cerveza barata.
Nos sentamos en Café Brownie y pedimos la oferta que tenían de 4 jarras + comida para picar. Hablamos del viaje, descansamos y jugamos a juegos de mesa, mientras disfrutabamos de la cerveza. Después cenamos en un pequeño kebab, Obur Döner , en una de las calles del mercado. Donde cenamos súper rico y por sólo 8€ los tres, dentro del bazar hay varios Kebab al mismo precio.

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