Viboli es una pequeña aldea de Asturias, en el concejo de Ponga. Este lugar se ha detenido en el tiempo, su dura orografía ha hecho que la vida se mantenga, sus pocos habitantes son pastores y ganaderos y cada vez hay menos personas que decidan mantener su vida aquí por las duras condiciones. Es de los pocos lugares de Asturias que se mantiene tal y como era un pueblo tradicional de montaña. Es perfecta para una escapada.


Está situado en plena cordillera cantábrica, en la zona oriental de Asturias. Rodeado de imponentes picos, y bosques impresionantes, como el de Peloño. Hogar de fauna ibérica, de tradición y conservación de costumbres. Donde el hombre ha aprendido a convivir con el Lobo, y comparten rutas y montes. Cuando estuve pudimos ver lo dura que puede ser la naturaleza, nos encontramos a una ternera muerta, desgarrada por el lobo. También es el hogar del oso pardo, más difícil de ver, de buitres y quebrantahuesos que dominan el cielo, de zorros, martas, rebecos, jabalíes, búhos reales… una biodiversidad inmensa.
Este valle esta regado por el río Cándanu que rodea el pueblo y discurre entre robles y castaños hasta llegar a su efluente el famoso río Sella.
El pueblo, protegido por la Unesco, tiene una arquitectura tradicional y cuenta con dos hórreos típicos de esta zona, hórreos Beyuscos.

Para llegar al pueblo, la senda es toda una aventura, se llama Foz de los Andamios. Un pequeño camino (que sólo entra un coche, a pesar de que es de ambos sentidos) sigue el curso del río llegando a la aldea. Se puede hacer una ruta que comienza en el inicio del camino. En época de lluvia podrás ver varias cascadas impresionantes en esta carretera. Al inicio de esta carretera está el Restaurante Puente La Güera, donde podréis comer comida casera asturiana.
Puedes hacer varias rutas en esta zona como Subida a Peña Salón, subida a Pico Vibolines por un camino de cadenas hasta una cueva, o subir la Collada Granceno. Además, seguramente te acompañe un simpático perro del pueblo y de la montaña al que le encanta subir picos.



Pero si quieres vivir una aventura más auténtica, te recomiendo que pases al menos una noche en el pueblo. Puedes alojarte en btwinn. Una casa sin WiFi, una aldea sin cobertura, donde conectarás con el presente. Dónde podrás llenarte de esa energía que transmite la naturaleza y con la comodidad de tener un buen techo donde resguardarte.



Además, el proyecto de esta casa rural busca evitar que esta aldea se pierda en el olvido, y que se mantenga su cultura tradicional. Está situada a 2h de Léon, a 2h de Oviedo y a 40min de Cangas de Onís. Si tenías pensado visitar esta zona para hacer el descenso del Sella, o hacer la famosa ruta del Cares, añade unos días más y no te pierdas este lugar fascinante.
A mí, personalmente, me encantó la experiencia, mis piernas se llevaron unos cuantos Km, mis pulmones aire puro y mi cabeza consiguió desconectar en tiempo récord.

Las mejores cascadas de León
